La Reina de España va camino de convertirse en el gran fracaso del año del cine español. Los 400.000 euros que ha recaudado en su primer fin de semana en taquilla se queda lejos de los 11 millones de presupuesto, por lo cual Atresmedia tiene prácticamemente imposible recuperar su magna inversión pese a la intensa campaña de promoción de los canales del grupo.
Algunos miopes mediáticos le han hecho un favor a Trueba al señalar que cuatro tuiteros de extrema derecha han derribado a una superproducción con cuatro mensajitos llenos de odio, motivados porque el cineasta afirmó no haberse sentido nunca español. La honestidad le costó que le afearan subvenciones y premios mientras los defraudadores de pulsera rojigualda se dan golpes en el pecho mientras evaden impuestos.
Pero la cruda realidad es evidente: el único culpable del fracaso de La Reina de España se llama Fernando Trueba, que si hace años nos ofrecía deliciosas tragicomedias como Belle Epoque o El año de las luces, ahora parece desconocer los mecanismos que llevan al espectador al frío centro comercial palomitero de turno. Aquí van las cuatro razones principales del fracaso del film:
1- El guión: Grotesco, con un final lamentable y sin un gag siquiera decente. El libreto de Trueba es simplemente infame, incapaz de ofrecerle buenos textos a los actores que tan buen papel hicieron en La Niña de tus ojos ni siquiera como homenajes a los personajes.
2- El montaje: ¿Nadie, ni en Atresmedia ni en su casa, ha sido capaz de decirle a Trueba que al film, para ser al menos aseado, le sobra más de media hora? Vamos al tópico: cuidado con más de noventa minutos en comedia. Pero en este caso el metraje empacha al espectador, que mira más el reloj para largarse que al voluptuoso escote de Penélope Cruz.
3- El reparto: Trueba debiera saber que solo Penélope Cruz no levanta una película, como Antonio Banderas no logró siquiera encauzar la fallida Two Much. Santiago Segura, Jorge Sanz, Rosa María Sardá o Loles León tuvieron su momento en los noventa, pero Trueba seguramente se ha negado a enchufar con calzador una estrella de cualquier serie juvenil de Atresmedia. Olé por su personalidad, pero el negocio es el negocio y este reencuentro de buenos actores de cine español no ha llegado al nivel comercial de Operación Triunfo. Ni de lejos.
4- Trueba: Este genio lleva muchos años viviendo de rentas y es evidente que ya no conecta con el público, que no es el mismo que hace veinticinco años. De hecho, desde que el director estrenase el taquillazo La Niña de tus ojos hace dieciocho años los números cantan en su filmografía: dos documentales, una película de animación, un encargo fallido y dos films de arte y ensayo, El Baile de la victoria y El artista y la modelo, con las que Trueba demostró que no iba a admitir la dictadura de la taquilla y que su cine no iba a ser monotemático. Los pintorescos homenajes a Chile y Francia y los documentales y films de animación dejaron claro que Trueba no quería ser español ni hacer su cine, por eso este precocinado homenaje a nuestro séptimo arte olía a podrido desde antes de estrenarse. Le pasa como cuando Bajo Ulloa intentó resucitar el espíritu de Airbag después de haber aborrecido el taquillazo; salió Rey Gitano.
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