En La 2 hemos visto deliciosos sketches de Faemino y Cansado recomendando leer a Kierkegaard, a los Tricicle haciendo mímica entre palmeras de atrezzo, a Wyoming sufriendo la censura socialista en El peor programa de la semana o a Joaquín Reyes disfrazado de Sánchez Dragó mientras chillaba con los pantalones por los tobillos.
En La 2 también hemos visto los etílicos comentarios de Gasset en Cannes-"Cuando vuelva de publicidad me habré desnudado y me tiraré al mar"-, a Pedro Ruiz imitando torpemente a El loco de la colina, a Garci babear a las tantas con John Ford, a la guionizada Cayetana redescubriéndonos nuestro cine de los ochenta y noventa, a Dragó y Sabina hablando de la yerba en un programa de libros o a Leticia Sabater hablando con un loro de plástico-¿o era de verdad?-.
En La 2 hemos disfrutado de los locos de La 2 Noticias, haciendo un informativo a las diez de la noche que hablaba de ecologismo, de política internacional, de cultura y hasta de derechos humanos.
En La 2 hemos visto un concierto del gran Javier Krahe, nos hemos tragado maratones de balonmano y fútbol sala en el mítico Estadio 2 y hemos criado ojeras mientras veíamos un ciclo de Cantinflas o Kiarostami en el Cineclub.
En La 2 hemos visto crecer a la jirafa, al hipopótamo y a la zorra de la pantera en las veraniegas tardes de siesta, poco después de vibrar con Indurain. En La 2 hemos visto a Ramoncín presentando un concurso y a Jordi Hurtado pactando con el diablo.
En La 2 creemos recordar en el pleistoceno al psicodélico Zulueta experimentar en antena con Último grito o ver Estudios 1 de clásicos señoriales de Calderón o Tirso.
En La 2 hemos visto crecer a nuestra democracia con políticos primerizos debatiendo en La Clave o hemos visto de vuelta del exilio a nuestros poetas rojos en A fondo. En La 2 también hemos visto a Almodovar hablar de su adicción a la coca vestido de mamarracha, preguntado por Paloma Chamorro. En La 2 hemos visto los gastronómicos viajes de Labordeta, con mochila y entre ribazos, o al pueblo rumano pegándole un tiro al tirano Ceaucescu en medio de la calle.
En La 2 hemos disfrutado con los reportajes y documentales de Línea 900, de Otros pueblos, de Documentos TV, de Crónicas, de La Noche temática.
En La 2 hemos visto a Pérez-Reverte oliendo a metralla en medio del Sarajevo, hemos visto a Punset hablando en "indio" sobre ciencia y hemos visto series tan sensacionales como la Mujeres de la factoría Almodovar. O hemos vuelto a ver en esta época estival a Chanquete muriendo o a Bea "bajándole la regla" por primera vez.
Ahora en La 2 no podemos ver nada de eso. Y es que la producción propia es poca y pobre. En 2016 es un supuesto contenedor cultural lleno de formatos enlatados, donde el talento ni existe ni interesa. Solo nos queda el recuerdo.
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