No están pasando desapercibida la caída de audiencia de La Sexta, superada a día de hoy por Cuatro y muy lejos del 7,3% que promedió en enero del 2016. Las claves del hundimiento de la cadena verde son varias: Al rojo vivo está siendo superado de forma recurrente por Las Mañanas de Cuatro, situación que no se daba desde que hace casi dos años Jesús Cintora fue despedido de forma fulminante.
Por otro lado el sorpasso de Jugones sobre Deportes Cuatro no se ha producido. Y para muestra un botón: el lunes de la semana pasada, tras la derrota del Real Madrid en Sevilla, la cadena de Mediaset casi duplicó a Pedrerol: 8,6% de share frente a un gris 4,6%. Pero la clave principal es el prime-time: a Pesadilla en la cocina se le han acabado los capítulos de estreno y Jordi Évole sigue sin regresar.
Mientras, Cuatro ha lanzado con irregular resultado Chester..., Volando Voy y Tu, yo y mi Avatar mientras Florentino Fernández y Dani Martínez buscan por un lado frenar a Zapeando y por el otro Crónica Cuatro intentará mejorar los datos de Hazte un selfi.
Pues mi opinión es que la sexta va dirigida a un público con un determinado sesgo político en el cual me incluyo, pero ese mismo público se da cuenta de que solo buscan ese tipo de audiencia para luego intentar cambiarles un poco la forma de ver las cosas. La cadena tiene los propietarios que tiene y al final se nota. Y por otra parte, creo que muchos hemos decidido que mientras el Pantuflo siga omnipresente a todas horas, pasamos de poner la cadena. Es solo mi opinión
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