Los cadáveres mediáticos del procés










Anoche arrancó la campaña electoral catalana. El clan del papel madrileño intentará influir en el proceso electoral, no solo con las encuestas, táctica habitual de El País, sino con una guerra sucia atribuida a la Guardia Civil o a la UCO que ya ha sido iniciada por OK Diario.

Las televisiones también están jugando sus cartas: Dicen que Moncloa se ha reconciliado con La Sexta, si es que alguna vez estuvieron divorciados, tras el éxito de Ferreras a lomos del procés. Un triunfo que ha cogido a pierna cambiada a Mediaset, en fuera de juego con el tema catalán, y a TVE, que se dedica a salpimentar las declaraciones de Puigdemont con la música de 'El Exorcista'.

El bloque democrático (CUP, ERC, PDeCAT y Podem) intentarán sobrevivir al poderío mediático del bloque monárquico (PP, PSOE y C's), que está disponiendo de cómodos masajes en los sofás de Bertín o en la prensa madrileña, ayudada por las eternas presiones de Zarzuela a Godó.

Ochenta años 

Hace ochenta años Unamnuno escribía a Azorín: "Merecemos perder Cataluña. Esa cochina prensa madrileña está haciendo la misma labor que con Cuba. No se entera. Es la bárbara mentalidad castellana, su cerebro cojonudo (tiene testículos en vez de seso)". En aquella época el nacionalismo catalán crecía mientras Madrid con su superioridad moral tiraba de miopía con una infecta campaña en la que se mezclaba la exacerbación de un patriotismo de pandereta y una guerra sucia contra Barcelona.

80 años después el nacionalismo catalán también sigue jugando con sus cartas falsas, entre la que destaca la continua manipulación de TV3. Pero es cierto que esta trinchera ha perdido por el camino del procés los mimos de Ara, ahora que Ferrán Godés no se fía; y los cariños audiovisuales de Godó, tras el aterrizaje de Ramón Rovira (que despierta legítimas suspicacias en el matrimonio Carlos Godó-Maite de Obés). También miran con desprecio a El Periódico de Catalunya, caballo de troya madrileño que sigue con su limpieza ideológica en su redacción que se ha consagrado con el último fichaje de Zeta.

También se ha dejado pelos en la gatera la prensa madrileña: Informativos Telecinco se ha mostrado como un noticiero irrelevante, El País ha perdido a 6 colaboradores, y con ellos parte de su escuálido prestigio (Joan B. Culla, Francesc Serés, Joan Francesc Mira, Enric Sòria, Martí Domínguez y Manuel Baixauli) e Isidro Fainé, que le debe su puesto a Artur Mas, intenta lavarse la cara tras haber coqueteado con el procés con amigachos tan siniestros como Salvador Sostres, que se inventa unas trolas mayúsculas que solo dejan mal al mandamás de La Caixa y al ABC, "esa cochina prensa madrileña".



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