Un procés que no mató a Godó

Javier de Godó tuvo que doblegar sus rodillas y sacrificar la línea editorial de La Vanguardia primero, adiós Antich, y antes de la última campaña llegó Ramón Rovira para tutelar 8 TV y RAC 1. Dicen que le tocó hacer sacrificios al Conde, Grande de España, pero quizás le tocó la lotería porque a cambio de domarse le han pagado su ruina. Al menos no se ha tenido que doblegar el burgués Don Javier como otros editores madrileños, que se prostituyeron sin recato a la puerta bancos y palacios.

Novedades

El tutelaje del área audiovisual del editor de La Vanguardia ha supuesto que el Godó niño se quede sin uno de sus juguetes. Le queda a Carlos Godó la versión digital del mítico diario, líder estatal en octubre gracias al procés, a acuerdos con terceros y al dopping del corazón más amarillento. Deja atrás La Vanguardia Digital en tráfico a los portales independentistas dopados por la Generalitat y al tándem unionista Economía Digital-Crónica Global, a un pesebre de Madrid que otro día analizaremos.

Esta ligera moderación de RAC1 ha sido uno de los dos principales cambios de esta campaña electoral que concluirá este jueves, cuando Ferreras lea los resultados. La otra novedad ha sido la ausencia de guerra sucia, ya que Moncloa a través de Interior se ha abstenido de elaborar siniestros dossieres del estilo GAL mediático de Fernández Díaz y Villarejo. Lo intentó algún malvado al inicio de la campaña contra Marta Rovira, que se ahorcó sola ante la simpatía común de Jordi Évole.

Un plácido final 

Pero mandaron callar a Inda y compañía. Y así transcurrió una campaña en la que el nacionalismo manipuló sin mensura TV3 y en la que el bloque monárquico se dejó masajear por el duopolio, con Iceta bailando y traicionando (su especialidad), con Bertín encantado ante Arrimadas y con Cristina Pardo sacándole las vergüenzas al nacionalismo, que lo merece. Pero al menos hemos tenido una campaña electoral anómalamente limpia mientras TVE y Mediaset ni están ni se las espera. Veremos el viernes...

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