En la industria televisiva hay consciencia de la molestia de Movistar + o Netflix hacia la medición de audiencias "clásicas". Es cierto que no se pueden comparar las audiencias de los grandes operadores en abierto, Mediaset o Atresmedia, con las plataformas que no viven de vender la publicidad por consumo, sino que viven de las facturas que pasan a sus abonados por el contenido que les ofertan. Pero aun así llama la atención que la teleco española enviase la pasada semana una nota de prensa en la que se omitía la audiencia media de la final de la Copa del Rey.
Molestó y mucho que algunos medios hiciesen comparativas sobre 'Velvet Colección', serie que tras una ambiciosa promoción apenas logró 40.000 espectadores de media en #0. Cuarenta veces más obtenía la serie en Antena 3, pero es evidente que las comparaciones son odiosas y en algunos casos injustas. Porque Movistar + apuesta por otros parámetros (visionados bajo demanda, impactos o target) por encima de la medición clásica de Kantar Media. El problema es que esta maraña de datos con los que juegan las operadoras de pago son ilegibles y difícilmente comparables, hecho que tiene dos consecuencias: todos los estrenos se pueden leer como éxitos y los fracasos no existen.
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