'Memoria del comunismo': manual de instrucciones

El último eructo de Federico Jiménez Losantos ha sido recibido en la caverna con aplausos: 'Memoria del comunismo: de Lenin a Podemos'. Esta obra de más de 700 páginas cuenta con hasta 5 problemas que pasamos a analizar:

1- El "libro"

Es una pena que autores de la relevancia del turolense no tengan un mínimo rigor a la hora de escoger sus fuentes y se basen en mitos e inexactitudes para mantener en pie su idea preconcebida sobre cualquier asunto. El recuento de las muertes que "ha provocado el comunismo" (Losantos dixit) es tan particular como poco riguroso. El libro en realidad no puede llamarse como tal porque es una colección de ensayos metidos con calzador sobre mitos de la izquierda española con doscientas páginas de propina sobre el liberalismo. Así aumenta artificialmente Losantos su bibliografía, tal y como sucedió hace dos años con 'Los años perdidos de Rajoy', obra que era un ensayo que le había quedado largo para La ilustración liberal y 100 artículos sacados del congelador.

2- Sus bebidas prohibidas

El gran problema de peso de esta obra es que se basa en las teorías disparatadas de dos pseudohistoriadores que a partir del triunfo de Aznar vendieron su película con un poso del peor Ricardo de la Cierva: César Vidal y Pío Moa, hoy distanciados del locutor. Los libros del primero están entre el plagio, la burda mentira y la invención de fuentes, tal y como evidenció Fernández Calleja en una crítica tan demoledora que dejo al ex compinche de Losantos sin el escaso prestigio que retenía. También se abona la estrella de esRadio a las tesis franquistas de Pío Moa, "historiador de la casquería" según El País.

3- La perversión 

Es evidente que bajo la supuesta defensa del marxismo se han sostenido algunos regímenes sangrientos cuyos crímenes infectos deben ser denunciados. Pero cada vez que un ensayista ultraliberal repasa el comunismo comete cinco errores:

- Cogen a la parte por el todo y culpa a Marx de las muertes de Stalin, que es como culpar a los Evangelios de la guillotina de la Inquisición.
- Omiten cuántos millones de vidas ha salvado el marxismo como palanca del Estado del bienestar, en especial en la Europa occidental.
- Esconden los millones de asesinatos que se cometieron bajo el signo del cristianismo y los que provoca cada día el capitalismo, cuyo país fetiche deja morir a sus ciudadanos en la puerta del hospital si no tienen dinero para pagar el tratamiento.
- Hablan de crímenes comunistas, pero nunca se les ocurriría hablar de los crímenes capitalistas de Hitler o Franco.
- Y sitúan a Stalin y Mao en una lista de grandes genocidas en la que no aparece un solo presidente de los Estados Unidos.

4- Las contradicciones 

Losantos denuncia que "los historiadores" son unos "necrófilos" y que no debe fiarse la lectura de la historia a este sector porque deben ser todos marxistas. Sin embargo 'Memoria del comunismo' abusa del recuento cruento de muertes. Pero no extraña este hecho en el locutor: él defiende a los mismos Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado a los que culpó de cometer casi 200 muertos en el 11-M, él defiende el liberalismo pero ayudó a organizar manifestaciones contra el matrimonio homosexual, él denuncia la corrupción española tras haber aparecido su empresa en los papeles de Bárcenas, él denuncia a los estómagos agradecidos pese a haber sobrevivido del patrocinio de Esperanza Aguirre con dinero público y él cargó durante años contra la SER y la COPE por "haber borrado la fonoteca del 11-M" pero hizo lo propio cuando César Vidal denunció en esRadio que la corrupción anidaba en Libertad Digital. El problema autoritario de Losantos es que pretende mandar en la derecha sin presentarse a las elecciones y en esta aventura le falló Esperanza Aguirre, que no dio el paso en 2008.

5- Psicoanálisis

El viaje vital del comunismo al liberalismo lo han protagonizado en las cuatro últimas décadas varios periodistas como Losantos, que utilizó su fulgor adolescente marxista como un plan de pensiones para el futuro que paga la reacción. A este intelectual le ocurrió lo que a muchos: mató a su padre de forma freudiana para acabar reflejándose en él. Ahora mira atrás de forma piadosa para justificar su apuesta por Marx porque dice que fue para él un sustitutivo de la religión. Pero para conocerle mejor hay que conocerle de cerca: su padre no dejaba de ser un alcalde falangista casado con una maestra nacional, casta pura en los Montes universales que tuvo a un hijo bajito y con problemas de dicción que sin embargo se ríe a diario de todo y de todos, tal y como le recordó Iñaki Gabilondo el día que le tiró a la cara unos complejos de superioridad que esconden los de inferioridad.

De una mente así nació Libertad Digital, ejemplo de mal ambiente laboral, capaces de cobrar euro y medio por cada firma del citado libro, reyes del pelotazo, catalanofobia como venganza del turolense al elitismo catalanista que despreciaba al charnego, y grupo monocolor donde no se admiten disidentes al discurso único de su fundador. Es por ello que los cadáveres se aprietan en el armario: Vidal, Rubio, Recarte, Víctor Gago, etc. Losantos nunca ha dejado de mostrar la radicalidad del converso, desde su fracaso electoral lerrouxista con el Partido Socialista de Aragón en Catalunya en las autonómicas de 1980 hasta el periodismo incendiario puesto en práctica, linchamiento continuo que luego él acabaría denunciando tras pirueta mientras su escuálida credibilidad le va dejando cada día con menos fieles.