Pasó la Semana Santa y las emisoras de radio, antes del examen del EGM, tienen que hacer los deberes de cara a la próxima temporada. No lo tendrán fácil en las plantas nobles de Prisa Radio, ya que Daniel Gavela se ha encontrado la sombra que en su día fue la SER.
El fenómeno SER
La Cadena SER se convirtió desde mediados de los noventa en la radio imprescindible para media España. Más de cinco millones de oyentes llegaron a sintonizar a diario un producto diseñado por Augusto Delkáder y Daniel Gavela, que entendieron que Prisa no podía volver a repetir los errores elitistas ochenteros de Radio El País.
La SER debía separarse de las fauces soberbias del periódico independiente de la mañana y aplicaron en la emisora tres sencillas recetas que la hicieron grande de nuevo:
1- Cantera y no cartera
Iñaki Gabilondo o Carlos Llamas lograron su nombre picando piedra en la SER, al igual que lo hicieron De la Morena, Paco González o Manolo Lama, que entraron en Gran Vía 32 como becarios, o Gemma Nierga, que aterrizó en las tardes procedente de la cantera de las madrugadas. La SER no tuvo que fichar ni a Luis del Olmo, ni a García, ni a Encarna, ni a Herrera para convertirse en reina de la radiodifusión española.
2- Sin elitismo hay paraíso
El País despreciaba las tertulias radiofónicas y por eso la SER estuvo ayuna de este género durante años. Gavela entendió que era un modo de hacer radio barato y sobre todo entretenido y las restauró con notable éxito.
3- Ideología sin ambages
Pablo Iglesias lo recordó en su día: no hay militantes del PSOE sino de la SER, no hay fieles de la COPE sino del PP. Y es cierto: Prisa ocupó la totalidad de la trinchera de la izquierda. Y de esos polvos, estos lodos. Porque el rescate gubernamental sorayesco a Cebrián dejó a media España en crisis sin una radio ni un periódico que llevarse a la boca.
Colección de errores
La década negra de la SER se inició en 2005, cuando Prisa decidió prejubilar a Iñaki Gabilondo, al que le quedaba por delante su mejor década profesional, con la intención de convertirlo en un Larry King a la española. Nunca estuvo cómodo en ese traje, pero Iñaki siempre ha sido fiel a su casa. Los errores se agudizaron en 2010, cuando Paco González no tragó ante Daniel Anido: no iba a hacer el Mundial desde Madrid con programa a las tres de la tarde, por mucho recorte que hubiese que hacer, mientras se tenía que bajar el sueldo para evitar un despido en 'Carrusel deportivo', meses antes de la sanción a Jorge Hevia.
Se acabó y de la sangría de "cincuenta individuos" todavía no se han recuperado ni 'Carrusel deportivo' ni 'El Larguero'. Más tarde dejarían la emisora Íker Jiménez, que escuchó el canto de sirena de Vasile; Gemma Nierga, a la que habían impedido hacer su radio con Boris para crear un producto progre-comercial insufrible; o De la Morena, que se marchó a otra escudería tras llamar "peseteros" a González y compañía.
Mucha televisión y tres tareas
La SER aminoró su apuesta por la cantera (ni Pedro Blanco ni Miguel Ángel Oliver lograron los proyectos que merecían), y se abusó del fichaje televisivo: Ángels Barceló, famosa por 'Informativos Telecinco', Carles Francino, cantera TV3, Pepa Bueno, estrella de TVE con Zapatero, y Manu Carreño, la mitad mala de "Los Manolos".
Ahora Gavela tiene tres tareas pendientes que deberá acometer cuanto antes:
1- Unificar la mañana
Con Alsina de ida y Herrera de vuelta, el único movimiento recomendable es unificar el 'Hoy por hoy'. Y el único que puede hacerle sombra a la subida actual de COPE y a la futura de Onda Cero es Javier del Pino, que ya rechazó el puesto.
Pero Del Pino cuenta con otras ventajas: no deja que le toquen una coma del guión, no traga con ruedas de molino (fue el único que aceptó no vetar a tertulianos de La Sexta), y es capaz de entrevistar sin censuras a García o a Cebrián desde un programa, 'A vivir que son dos días', que no ha parado de crecer.
2- Más sonido SER
Pepa Buena está más que amortizada y no va a dar más de sí. Toni Garrido tiene hechuras para cubrir el fin de semana con acierto, tal y como ha demostrado este año en el segundo tramo del 'Hoy por hoy'.
3- Recuperar la línea editorial perdida
Que la SER suene la SER y que si algo pase esté la SER. Sin caprichos de Janli, sin mamarrachadas de Javier Ayuso, sin los parias de El País, sin Alandetes de la CIA y sin la chusma que ha destruido la emisora con sus felaciones y su servilismo.
Con estos movimientos Francino, Barceló, Dani Garrido y Manu Carreño (este último con la televisión en la recámara), podrían mantener micrófonos, ya que Gavela no parece dado a una revolución.
Otros movimientos que se agradecerían en Prisa Radio sería recuperar el espíritu de 'Milenio 3' con la cáscara de 'La Escóbula de la Brújula', recién incorporada a Podium Podcast y posiblemente mejorada con los equipos de 'Negra y criminal' y 'SER historia'; o el cambio que tiene que acometer Vicent Argudo en el 'Anda ya!', quizá con cambio de cromos entre Xavi Martínez y "El Gallo", más aconsejable para Máxima FM que para Los 40.
El terror en COPE
En COPE se ha instalado un clima de terror. Y es que tras enderezar las cuentas después del drama post-Federico (16 millones de pérdidas en el periodo 10-15 y los 60 de propina de 13 TV), ahora toca recoger exiguos beneficios tras tirar de chequera con los deportes de la SER, los postes de Vocento y Herrera.
El problema que tiene Barriocanal es que la temporada pasada tuvo que ingresar 104 millones de euros para ganar 6. Es decir, COPE tiene que quemar demasiada gasolina para obtener poco beneficio y encima la renovación con Herrera puede acabar con que el señorito se niegue a presentar los tramos más jugosos desde un punto de vista comercial.
La radio de los Obispos gasta por encima de sus posibilidades y una resurreción de la SER o una subida de Onda Cero, tras las recientes mejoras en su parrilla, podrían provocar el drama. Más fácil lo tienen en Atresmedia Radio, que ingresando un 30% menos que COPE logran duplicar o incluso triplicar los beneficios de Barriocanal.
¿La clave? Que Barriocanal disparaba con pólvora ajena a todos los animales del mercado mientras Onda Cero, tanto con González Ferrari como con Ramón Osorio, construía una radio plural, sin estridencias y con un modelo sosegado.
Con menos postes que COPE, Atresmedia Radio ha construido una radio armónica que la temporada que viene contará con seis voces amables en sus seis espacios estrella: Alsina, Lucas, Julia, De la Morena, Cantizano y Héctor Fernández, ya sin el griterío carca de Ares o la Gemio.
Tiene tarea la COPE para cuadrar números y tiene que picar piedra la SER para recuperar a un oyente perdido y cabreado después de un largo caminar por el desierto del aburrimiento y el volantazo ideológico.
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