Hoy ha sido un día ajetreado para algunos de los capos mediáticos: Fernando Giménez Barriocanal, Rosa María Mateo, Jaume Roures, José Miguel Contreras y Paolo Vasile. El CEO de Telecinco anunció tres nuevas series, explicó que acogerá todas las productoras participadas por Mediaset dentro del paraguas Mediterráneo, y despreció a 'La casa de papel', evidencia de que es un directivo analógico que difícilmente se adaptará en los tiempos digitales en los que hay que diversificar ingresos para no morir aferrado al sombrío tablón publicitario.
Jaume Roures por su parte se zampa TEN, pacto entre la progre Mediapro y la conservadora Secuoya ahora que Raúl Berdonés ha salvado el cuello gracias al Canal 13 chileno y a Netflix Europe. Esta segunda señal de Roures, tras GOL, no se sabe si apostará por un contenido temático típico de la TDT, factuals, cine o infanfil, o lanzará 'TelePodemos' con los contenidos de Público TV: 'En la frontera' de Monedero, 'Otra vuelta de Tuerka' de Iglesias y el informativo 'Público al día'.
Parece ser que en esta nueva aventura no estará José Miguel Contreras, histórico de Globomedia reconvertido al igual que Sardà en comentarista político con Ferreras. Este directivo lideró una cuadrilla que escribió para El País, se enamoró la tele yankee con la NBA y 'Seinfeld', disfrutó del primer Plus, asesoró a Felipe ante las embestidas de Aznar en el 93 y lanzó La Sexta bajo el Gobierno Zapatero. 'El Intermedio' podría perder pegada sin él, ahora que lanza 'La coproductora'. ¿Se hará un Ana Pastor con Newtral? En Telemadrid también le esperan con los brazos abiertos.
Rosa María Mateo en su caso perdió los papeles. Estamos acostumbrados a ver al diputado popular Ramón Moreno hacer sangre con RTVE cuando el PP oposita y echarse la siesta cuando su partido esquilma y prostituye la Corporación Pública. Pero no está bien que la administradora única desbarre picando en obsceno anzuelo familiar que le colocó el chico de Casado.
Fernando Giménez Barriocanal se mostró más cauto y miró para otro lado en un desayuno informativo por los ataques de El País contra la pedofilia eclesial, dicen que como estrategia gubernamental para que la Iglesia ceda y no permita enterrar al tirano en el centro de Madrid. El capo de COPE, tras ejecutar dos cambios patéticos que supusieron la promoción del fracasado Expósito y la salida de Colmenarejo, lo único que quiere es no meterse en líos, consciente de que los conciertos solidarios, la compra del EGM y la utilización de postes ilegales le ha manchado la sotana virtual.
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