En septiembre de 2014 Emilio Botín dejaba este mundo entre loas de la prensa del Régimen. Circula desde hace años una teoría que dice que el banquero (rey del establishment, accionista de Prisa y Vocento y anunciante VIP), habría sido asesinado en su despacho de la Ciudad Financiera del Santander en la noche del 9 de septiembre, cuando la familia aseguró que murió por causas naturales en la mañana del 10 de septiembre en la bañera de su casa de Somosaguas.
La versión oficial sostiene que todavía compartía el palacete con su mujer Paloma O'Shea, con la que protagonizaba desde hace años un paripé muy parecido al de Juan Carlos I y doña Sofía. En otoño de 2017 se presentó una querella en el Juzgado Central de Instrucción nº 1 de Madrid por el letrado Carlos Javier Sánchez-Seco contra Ana Patricia Botín y a su madre, la viuda del Paloma O´Shea, presuntas inductoras del asesinato de Emilio Botín.
El crimen lo habrían cometido el narcotraficante y supuesto amante de Ana Patricia Botín, el colombiano Jesús Samper Gaviria (sobrino del expresidente Ernesto Samper) y los responsables de seguridad del propio banco, Carlos Martínez, Carlos Rubio y José Manuel García Entrena. ¿Las razones?
Por un lado el despecho de O'Shea contra don Emilio, que estaría planteado separarse para casarse con la mujer con la que compartió vida en sus últimos años, María Sánchez del Corral, por aquel entonces directora de Marketing y Corporativo de marca del Santander y posteriormente despedida por su hija. La otra razón sería el enfado de Ana Patricia porque su padre habría escogido a su hermano Javier como sucesor, por lo cual encontramos todos los elementos de la novela negra.
Este asunto habría caído en manos de Manos Limpias, sindicato liderado por el ultraderechista Miguel Bernard, que acabó en la cárcel por extorsión o más bien por su implicación en la querella contra doña Cristina, caso que evidenció una vez más que la justicia no es igual para todos. ABC puso la venda antes de la herida y acusó a Manos Limpias de chantajear al Santander con este asunto.
Ahora Bernard, acusado de chantajista, ha llevado a los tribunales a Javier Chicote y Bieito Rubido, jefe de investigación y director del diario de Vocento. Según Rambla Libre, Ana Patricia Botín, que ahora va de feminista en un mundo tan machista como el sector bancario, habría sido declarada a llamar como testigo. La pena de este asunto es que el hombre que estaba llamado a destapar este presunto escándalo, Jesús Cacho, enemigo número uno de don Emilio, solo se atrevió a insinuar mientras Voz Pópuli con la otra mano disparaba contra los cabecillas de la denuncia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario