José Pablo López es el primer director general de una televisión autonómica que se ha atrevido a enfrentarse en público con el presidente o presidenta de turno. El directivo malagueño se está ganando el puesto a pulso al frenar a la torpe Isabel Díaz Ayuso.
Esta presidenta pretende demostrarnos que no era la más lista de su clase, se nota, y la última idiotez que ha salido por su boca es que las televisiones públicas no tienen sentido en tiempos de Netflix, cuyo poderío debiera invitar a los cargos públicos a debatir sobre la soberanía audiovisual europea.
Díaz Ayuso habla por boca de Vox y López, consciente de las simpatías que genera en el bloque mayoritario que va de Ciudadanos a Unidas Podemos, se ha hartado de las salidas de pata de banco de la presidenta y la está poniendo en su sitio.
A López se le puede achacar su fijación por contratar a Mediapro o su obsesión por disparar el peso del corazón en la parrilla de Telemadrid, que al menos no sufre la manipulación de antaño. Pero el director general se está moviendo bien.
Y eso se nota con la medalla que le está poniendo Miguel Ángel Rodríguez, al que Aznar echó como portavoz del Gobierno unos años antes de que le detuvieran cuando conducía cuadriplicando la tasa de alcohol permitida.
Rodríguez, actual asesor de Díaz Ayuso, era el señor que elaboraba listas negras de periodistas cuando Aznar gobernaba en Valladolidad la Junta de Castilla y León. También era el que le lanzaba alaridos al recientemente fallecido Pepe Oneto en plena guerra del fútbol: "Como eres amigo, te llamaré para avisarte cinco minutos antes de que metamos en la cárcel al hijo de puta para el que trabajas (Antonio Asenio)".
Aznar no tuvo más remedio que echarlo tras escuchar a sus ministros, "lo que hacemos en cinco nos lo jode éste con sus chistecitos en cinco minutos", y MAR recibió un premio de consolación: montó una productora para forrarse y hacer como que sabía de televisión, en realidad no tenía ni zorra. Así nació Splenders Ibérica.
La productora nada más nacer recibió encargos de la TVE de Urdaci y de la Antena 3 de Telefónica (recién privatizada por Aznar). Y los proyectos, ¡oh sorpresa!, se saldaron por fracasos: 'El rival más débil', 'Sin noticias de...', 'A saco' o 'Musical 3'.
MAR, en vez de meterse debajo de la cama después de que España conociese su nivel intelectual, se recicló como tertuliano e incluso quiso hacerse el importante con unas novelas que a saber quién las escribió y que no se vendían ni por casualidad.
Pero MAR no se cansó y montó una tele fantasma online, Nueva Televisión, que se llevó 600.000 euros de publicidad del Canal de Isabel II, pesebre público que administraba Esperanza Aguirre, jefa durante años de Díaz Ayuso.
Rodríguez, capaz de soltar una machistada antológica sobre Inés Arrimadas ("es físicamente atractiva como hembra joven"). También fue capaz de negarse a pagar la condena al fallecido doctor Montes tras llamarlo "nazi" antes de que el juez le embargase las cuentas. Ahora, de forma involuntaria, le está poniendo una insignia de oro y brillantes a José Pablo López, al que en Twitter llama "tiparraco". Enhorabuena a López.
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