¿Por qué COPE no echa de una vez a Alcalá, el rey de las fake news?





Juan Antonio Alcalá está muy cómodo con el nivel de ética que practica COPE, reyes del concierto insolidario, de la compra del EGM, de la tele cutre que chupa más dinero que Cáritas y de la propaganda pepera (y, en el caso de Luis del Val, de la propaganda homófoba). 

Y es normal que una emisora poco piadosa como COPE mantenga en nómina a este periodista deportivo, que anoche amenazó en antena a David Aganzo porque le desmintió una información. No es la primera vez que Alcalá utiliza el lenguaje vulgar en público.

En 2019, cuando lo renovaron por COPE, Alcalá, periodista con una personalidad muy complicada, se defendió así de un tuitero que le insultó: "Seis años a 400.000 euros por temporada. Cuando estés muerto de hambre recuérdalo por si puedo ayudarte".

Es decir, Alcalá, que cobra de una emisora perteneciente a la Conferencia Episcopal, mantiene un lenguaje ultracapitalista. Porque practica el discurso del tanto tienes, tanto vales. Aunque en realidad viva de la limosna de Paco González y Manolo Lama.

Y es que Alcalá, que tanto alardea de números económicos, no podía sacar pecho por el número de sus oyentes: 'El partido de las 12' apenas sumaba 400.000 seguidores cuando él conducía las medianoches deportivas. Juanma Castaño ya roza el doble.

Patinazos varios

Alcalá, rey de las fake news, sigue con un lenguaje provocador y agresivo con el que intenta ocultar que es la 'Lydia Lozano' del periodismo deportivo: en 2012 COPE tuvo que pagar 200.000 euros al Barça porque este periodista, que según García ejercía de muñeco del ventrílocuo Florentino, le dio por decir sin pruebas que los culés se dopaban.

En 2014 COPE tuvo que pagar otros 100.000 al Espanyol porque este personaje le dio por decir sin pruebas que el conjunto blanquiazul había amañado un encuentro contra el Sporting. Alcalá, con el prestigio por los tobillos, suma y sigue y Barriocanal se lo consiente.





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