El bulo antigubernamental de AR acaba con cornada




La exministra Arancha González-Laya utilizó la Ley de Secretos Oficiales aprobada en 1968 para esquivar algunas preguntas en el juzgado sobre la entrada en España del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali. 

Ana Rosa Quintana, siempre presta a atizar el Gobierno, aseguró de forma errónea que la ley fue aprobada por el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero en 2010. Lo más llamativo es que la reina de las mañanas se reafirmó en su error, asegurando que la citada ley se aprobó... sin salir en el BOE. 

Y no solo eso: la presentadora no ha querido borrar el tuit, seguramente por un ataque de orgullo. Lo que sí que se ha borrado ha sido un artículo de El Confidencial.

Antonio Maestre le arrea con fuerza

Antonio Maestre asegura en un celebrado artículo publicado en eldiario.es que Ana Rosa Quintana, que este pasado fin de semana se encontraba realizando una etapa del Camino de Santiago, "sabe que puede mentir, porque su finalidad no es informar, sino influir en la dirección que viene bien a sus intereses políticos y económicos". 

El periodista de La Marea y La Sexta quizás se refiere a que Unicorn Content se ha mantenido como una de las productoras más contratadas en la nueva etapa Telemadrid bajo el férreo control del Partido Popular. 

Cada día más orillada

Resulta llamativo que en Unicorn Content, modelo durante muchos años de comunicación entre las productoras televisivas, no haya nadie capaz de hacerle entender a Ana Rosa Quintana que se está equivocando en términos políticos.

Porque a la acaudalada AR, a la que siempre se le ha presumido cierto elitismo y algún rasgo conservador, ha moderado durante muchos años la tertulia más plural y seguramente más 'sana' de la televisión (es decir, la que menos intereses partidistas o empresariales marcaban su escaleta). 

Pero el último lustro de 'El programa de Ana Rosa' ha sido desalentador. Y no solo porque la presentadora haya tomado partido, véase el compadreo con Díaz-Ayuso, su infantil celebración tras desvelar un mensaje que perjudicaba a Carles Puigdemont o su falta de encaje cuando desde Podemos le han afeado su sesgo.

Sino porque su mesa cada día está más coja, repasen los torpes relevos de Antonio Maestre o uno de sus mejores contertulios (Javier Ruiz). Por no hablar de los contenidos que acompañan a la mesa política: una mesa del corazón donde se veta hablar de 'Rocío, contar la verdad para seguir viva', un equipo de investigación que ayuda a vender alarmas con reportajes terroríficos sobre ocupas y una tonelada de sucesos que contribuyen a que la ciudadanía crea que la precariedad se cura con seguridad. 

AR, que tiene un programa que ronda el 20% de share, una productora que va viento en popa y una sociedad que logra cuantiosos beneficios incluso en el pandémico 2020 (Otelum SL logró 4,5 millones de euros en positivo), debería repensar si no ha perdido cierta intención de ecuanimidad... tras dar las gracias por mantener tan buena reputación mediática a pesar de 'Sabor a hiel' y Villarejo. 

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