Las claves de la próxima temporada televisiva





Verano sin descanso en la industria audiovisual con las miras puestas en un otoño televisivo en el que Telecinco intentará revertir el sorpasso que le ha asestado Antena 3. La 1 de TVE, por su parte, pretende recuperar aire de la mano de un presidente de RTVE que se ha convertido en un peligro público, José Manuel Pérez Tornero, ni una mala palabra ni una buena acción. 

El directivo ha fichado como escudero a José Pablo López, mejor con la diversidad y pluralidad que con los números. El malagueño ya demostró su incapacidad con el share en Trece y Telemadrid y ahora, dicen, quiere mejorar los datos de la pública con una fiebre de millonario fútbol y los concursitos y programitas blanquísimos de sus productoras de confianza, Mediapro y Cuarzo, que intentarán impulsar teloneros que eleven a los 'Telediarios', de los que podría caerse por voluntad propia Ana Blanco tras treinta años. 

Atresmedia, por su parte, se relame tras haberle birlado a Mediaset a la que pensaban que iba a ser futura reina de las mañanas televisivas, la monárquica Sonsoles Ónega, digna hija de su padre. Telecinco, dolida del golpe, ahora intentará rejuvenecer el público del fin de semana con 'Ya es verano', previsible parche antes del posible regreso de Emma García, esta vez con Unicorn. 

Ónega por Griso, a medio plazo

Susanna Griso, cuentan, ha dicho que tras dieciséis años no quiere seguir haciendo cuatro horas y pico diarias. O sea, que se centra en la tertulia política para seguir whatsappeándose con Campechano mientras Ónega, no se sabe si desde septiembre o ya en 2023, se encargue del segundo bloque de actualidad para hacer seguir haciendo algo parecido al 'Ya es mediodía'. 

TVE, por su parte, también apostará por la actualidad ligera al mediodía con Cuarzo con la intención de acercarse a los números que hacía Jesús Cintora. El nuevo competidor coliderado por Marc Calderó no inquieta demasiado a La Sexta, verano agitado sin que parezca que tengan interés por acometer la renovación pendiente de una parrilla en la que siguen vivos 'Equipo de investigación', 'El objetivo', 'La Sexta Noche' o 'Más vale tarde', que ni sumando sus respectivos números alcanzan los que consigue en solitario Arús, autor con mayúsculas y rey de las mañanas con un formato más barato que el presupuesto de sastrería de AR. 

A la autoría se están haciendo alérgicas también las plataformas de pago, resignadas a copiar a los operadoras en abierto con algunos formatos que causan bochorno. Es cierto que también surgen proyectos maravillosos como la surrealista serie documental de 'Locomía' que ha lanzado Movistar Plus+, que ha acometido un rediseño para quitar los chistes de rojos que tanto molestan a su abonado clásico, 100 euros mensuales para ver el Real Madrid y los canales en abierto con decodificador de pago. 

Ese abonado medio, ni machismo ni feminismo, está feliz con el cambio: chistes sobre animales de Grisson a cambio del monólogo con zascas políticos de Broncano, el madridista Miki Nadal y el egocéntrico Juanma Castaño diciendo cuñadeces en vez de los palos a la Casa Real de 'Locomundo', el masaje que le preparan a García en vez de la segunda tanda de 'Reyes de la noche', dramas familiares en vez de la serie sobre la Guerra Civil que preparaba Rodrigo Sorogoyen (autor de uno de los escasísimos éxitos de Originales Movistar) y Dani Martínez repartiendo caricias virales al famoseo con una pequeña parte del presupuesto que disponía Buenafuente. 

El de Reus eligió largarse tras cerciorarse que en unos meses le querían convertir el show diario en semanal con la intención de desmantelar #0 tras echar a Fernando Jerez y promocionar a Cristina Burzako, que derrocha simpatía mientras su plataforma pierde decenas de miles de abonados. 



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