Lo mejor y lo peor de 2024 en materia mediática



'La Revuelta' ha sido, sin duda, lo mejor que se ha estrenado en el campo mediático español en 2024. El formato de David Broncano, dicen que tras genial maldad ideada por La Moncloa contra Pablo Motos, ha renovado el humor de la pública mientras se convertía en plataforma en favor de la diversidad. 

RTVE ha recuperado competitividad y autoestima con 'La Revuelta', 'La Promesa', 'La hora de La 1' o 'Cifras y letras', este último convertido en la revelación de La 2. 

Documentales y ficción

2024 ha sido un año con una gran cosecha de series documentales en distintas plataformas: 'La última noche de Sonia Martínez' o 'Megamix Brutal' (RTVE Play), '#Se acabó: diario de las campeonas', 'No estás sola: la lucha contra la manada' o 'Pícaro: el pequeño Nicolás' (Netflix), 'Carolina Marín: la lucha infinita' (Movistar Plus+) o 'Tor' (Atresplayer). Prime Video ha deslumbrado en este campo con 'Cómo cazar a un monstruo' y el divertido 'Medina: el estafador de famosos'.

Movistar Plus+ no ha brillado tanto como otros años y sus aciertos se han focalizado en el género de la ficción con 'Querer' (mejor serie del año), 'Celeste' (recomendabilísima), 'Muertos S.L.' (demostración de que los hermanos Caballero siguen en estado de gracia) y, en menor medida, 'Los años nuevos' de Rodrigo Sorogoyen.  

Otras alegrías

En 2024 también brillaron la rigurosa cobertura de À Punt sobre la Dana (con su dimisionario director Alfred Costa a la cabeza), la valiente denuncia en los tribunales de Pablo Espinosa contra Josep Pedrerol, las acertadas quejas de Antoni Daimiel sobre la precariedad del sector periodístico o podcast como 'La colina del loco: la radio que inventó Quintero' (Cadena SER), 'Tamayazo. El pódcast' (RNE) y 'Dios, Patria, Yunque' (de Miquel Ramos para Pódium Podcast). 

Además, este año se ha constatado la resiliencia de Pedro Sánchez (que sigue soportando el acoso del sindicato del crimen 2.0 y al fin parece haberse dado cuenta de la asimetría del ecosistema mediático español) y la de Pablo Iglesias (primer comunista no vasco o catalán que comprende que la izquierda transformadora necesita un multimedia).

Lo peor

Lo peor del año ha sido la demostración de la ineptitud del nuevo CEO de Mediaset España, Alessandro Salem, entregado a Banijay (que sigue produciendo realities amarillos y alicaídos formatos blancos), Unicorn Content (que hace el mismo aburrido magazine en todas las franjas del día) y el clan Korpa (que da lecciones de ética en '¡De Viernes!', que es un formato que evidencia que a Salem no le molestaba 'Sálvame', sino su equipo).

Tampoco resulta positivo el decretazo gubernamental para controlar RTVE bajo la presidencia de José Pablo López (tendente a contratar con productoras afines a La Moncloa y ahora acompañado por una cuadrilla de consejeros o mariachis cienmileuristas que generan vergüenza ajena). 

Tampoco la descapitalización de Movistar Plus+, que tras girar a la derecha se ha cargado su área de entretenimiento y varios canales mientras sigue subiendo tarifas y haciendo loas a ambiguos conservadores como Alaska, Bosé o Raphael. 

Lamentable también son la burbuja mediática madrileña tutelada por MAR, el marichulismo de los Deportes COPE (imanes del escándalo), la amnesia de la izquierda respecto a los productores de 'Ni que fuéramos Shhh...' (padres del homófobo 'Tomate'), la vomitiva prensa cortesana que le lame las botas a Casa Real (véase el despido de Jaime Peñafiel en El Mundo) y el blanqueo que hace cierta prensa y todos los fachatubers del tecnomedievo autoritario y darwinista que rige países como Estados Unidos o Argentina.


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